Lo primero de lo que quiero hablar hoy es que no he sido capaz, en 4 días de vida del blog, de actualizarlo diariamente, tal y como era mi intención. Mal empezamos. Soy consciente de que eso era engañarme a mi mismo pero al menos debió durar un poco más.
Lo segundo es que ahora vivo en un blog. Me paso el día fingiendo escribir historias para publicarlas aquí. Este bicho infernal me está cosumiendo las pocas neuronas que me quedan para que, una vez puesto delante de la tecla, no me atreva a escribir lo que tenía pensado. O sea, vuelvo a engañarme a mi mismo nuevamente.
Leía esta semana en un períodico local, el diario del régimen que yo llamo (El Comercio), que algún avispado concejal o concejala pepero le dijo a la alcaldesa que Bustamante no podía ser el concierto estrella del verano gijonés. A esto comento 2 cosas: la primera que sí, es cierto,Bustamante no debería siquiera ser un concierto. La segunda es que si este hombre o mujer dedicara algún minuto de su vida a leer el programa de actos del veraneo gijonés quizá daría cuenta de que el concierto estrella no estuvo en poniente o la plaza toros sino, seguramente, en el festival de música antigua (una verdadera pasada para los entendidos) o el de piano que acontece estos días, el euroyeyé o la tonada de la Plaza Mayor. Las cosas son buenas si las sabes apreciar y no entiendo por qué si tenemos a un prodigioso músico del laúd en nuestra ciudad debemos menospreciarlo si no llena un estadio o no sale en la tele.
Hablando de apreciar y de Bustamante. Esti puntu me provoca brotes repentinos de gonorrea sólo con verlo. Su último disco se titula "Al filo de la irrealidad" según el libreto de los festejos estivales.
"Al filo de la irrealidad" podría ser un buen título para un disco... si lograra entenderlo. ¿Qué pollas quiere decir? Dicen que este cantabrón antes era albañil. Quizá cayó de un andamio y se iluminó de tal manera que pasóse. Incluso podría tolerar el títulito de las narices si lo pusiera Krahe o Aute en un disco, tipos que pueden permitirse hacer lo que quieran con su carrera, pero no de el mecachifle llorón.
Aunque tuve la intención de buscar declaraciones suyas al respecto y ver cómo se las arreglaba para explicar semejante memez, prefiero no fustigarme tanto y os invito a ver una de las más geniales piezas de humor de nuestra era. Podéis buscarla en el youtube bajo el título de Manuel Darío. (Mil gracias Luthiers. No, mejor, dos mil gracias).
- "Es filosófica esta canción, eh? Yo no la entiendo."
La puñetera realidad esa dicen que supera con creces a la ficción. ¿Me engaño otra vez?
1 comentario:
Creo que me voy a hacer asiduo lector de este espacio, merecerá la pena -espero-.
Además te vi a enlazar al mio.
Botox
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