jueves, 23 de octubre de 2008

Sevilla


Ya aviso que estaré unos días ausente. El rebujito, los ojos negros y el Guadalquivir me tendrán entretenido los próximos días. Y luego unos días en casa.

Elecciones en Estados Unidos II


Quizá no os hayáis dado cuenta pero Mccain no puede levantar las manos por encima de la cabeza. Es prácticamente igual que un muñeco de Lego.

miércoles, 22 de octubre de 2008

martes, 21 de octubre de 2008

Días de radio


Antes de comenzar quisiera pedir perdón por el retraso de estos días. Aunque buenamente lo intento, mis jornadas laborales y post-laborales (que sigo ocultando públicamente) me dejan pal arrastre al final de la jornada. Y eso repercute proporcionalmente en mi creatividad.

Ayer se cumplió un triste aniversario: Juan Antonio Cebrián nos abandonó justo hace un año. Me parece imposible que el tiempo haya pasado tan rápido, tanto que recuerdo perfectamente aquel día, como si hubiera sido ayer. Lo leí en los periódicos primero, luego en la web de Onda Cero sin salir de mi asombro. Así que aquel domingo no pude hacer otra cosa mas que esperar a que diera la una de la mañana para escuchar a Cebrián como tantas otras noches y confirmar que todo había sido una broma de mal gusto. Lamentablemente aquella noche sonó la voz de Bruno Cardeñosa.

De siempre me gustó la radio. Hay aficiones innatas en el ser humano y yo sólo tengo una: la radio. Quizá sean dos si le sumo al Sporting. No colecciono nada, no fui nunca un dotado para los deportes aunque los practique como buenamente puedo, no soy un gran lector (siempre los dejo todos a medias en cuanto me aburren), la tele me harta, internet me consuela pero sin crear dependencia. Así que lo único que realmente me gustó siempre es la radio. De hecho, durante mi periplo irlandés sin libros, tele, internet y en territorio comanche, lo único que extrañé fue no tener nada que escuchar al irme a la cama.
Mis recuerdos con la radio nacieron casi conmigo: el café recién hecho se juntaba cada mañana con la voz de Antonio Herrero. Curiosa historia esta: otro profesional fallecido antes de tiempo y que recuerdo en mi cabeza con mucho cariño, aun siendo consciente que hoy, seguramente, estaría en las antípodas de mi ideario.
En la radio del coche de mi padre siempre sonaba algo. Primero recuerdo Antena 3 de radio con aquella pegadiza sintonía del "Viva la gente". Luego era la Cope y Encarna durante las tardes.
Y, desde mi cama, todas las noches escuchaba la voz de José María García, el gran inventor de la radio deportiva tal y como la conocemos hoy día. También era la banda sonora del fin de semana con los partidos de futbol y las retransmisiones de Gaspar Rosety.
Recuerdo también los comienzos de Gomaespuma, por lo que me contaba mi hermano, pero que no escuchaba porque era a horas intempestivas.
Y llega ese día en el que tú mismo te haces con una radio y comienzas a buscar tus sonidos. El día en el que empiezas a sentirte un poco "paisanín". José Antonio Abellán era la banda sonora de aquellas mañanas de "La Jungla" en las que sonaban aquella canción del "Ukashaka" o "No va más" de Revolver. Y, faltaba más, García por las noches o sus secuaces del fin de semana que no eran otros que Ucelay, Castellote (cuánto tardé en aprender a diferenciarles la voz!) Rosety o Alfredo Martínez.
Más tarde, según uno va madurando y ajustando los horarios a los años, fueron llegando las mañanas de Iñaki, las tardes de Sardá con su inolvidable Señor Casamajor, y de la Morena, a donde arribé merced al sopor en que degeneró García.

Recuerdo entonces que las mañanas dominicales de no hace demasiados años, de la que íbamos a la casa de la aldea, escuchábamos un programa llamado "La rosa de los vientos" donde había una sección de animales que me gustaba mucho. Yo no lo sabía, pero en aquel año había nacido uno de los mejores programas de la historia de la radiodifusión española.
Años más tarde, sin saber porqué y ya en horarios nocturnos, me volví a encontrar con ese programa y con su locutor: Cebrián.
Una enorme joya de programa que me quitó horas de sueño durante muchos años, siéndo incapaz de cerrar los ojos. Luego llegaron los cambios de hora, de día, su desaparición durante un año (quién pollas sería el mamonazo que lo hizo), su regreso triunfal y, ya hoy, la continuidad alejada de quien fue su inventor, director y voz.
Cuán fácil es acomodarse a una voz, a una rutina, a un programa. La radio comparte horas de tu vida, de tu infancia, juventud, de tus noches en vela o veladas, de mis tardes paseando a mi perro o los goles de mi equipo. Sonidos que conforman la banda sonora de tu vida.

Larga vida a la rosa. Larga vida a la radio. Larga radio a la vida.

martes, 14 de octubre de 2008

Asustado de ser lo contrario de lo que soñé...

Hoy debería ser un día alegre, un día feliz. Más aún en estos días donde la crisis jarrea sobre nuestros ahorros poniendo en un brete la estabilidad laboral, económica y mental de la gente.
Esta semana dejaré de ser un becario para convertirme en un mileurista asalariado con contrato fijo. Uno más. Pero lo dicho, tal y como está el tema ahí fuera, debería ser para aplaudir con las orejas.Sin embargo no es así. No hay una mínima expresión en mi casa que haga suponer que me alegro por ello, hasta el punto que me he convertido en un cínico de primera división: a poner cara de estoy feliz en la empresa, no me gana nadie.

Desde hace un año busco algo que hacer en la vida que me satisfaga mínimamente y aún no lo he encontrado. Nunca me vi con traje y corbata de oficinista. O para qué negarlo nunca me vi trabajando.
Siento que no hago nada útil para mí ni para la sociedad que me rodea. Y mis intentos para cambiar de rumbo, casi para agarrar el timón y mandarlo a tomar por saco han sido del todo vanos. Y a esto debemos sumarle que ahora tengo un contrato respaldándome, lo que me pondrá en una nueva tesitura que complica más si cabe las decisiones futuras; hasta ahora era un becario y todo era mejor. Ahora desplegar las velas podría tener consecuencias.
Y a todo esto vamos para el año en Madrid. Quién lo diría. Me vine para unas semanas y aquí sigo y, me temo, lo que me quedará.

Imagino que momentos de estos pasan por la vida de toda persona. Nadie regala mapas para encontrar el camino. Pero yo llevo un año pululando por aquí y aún no he encontrado señales por ninguna parte.
En fin, hoy me tomo la libertad de robarle a Quique el título. Como ya dije alguna vez a Pablo: si alguien lo ha dicho mejor alguna vez no trates de inventarlo.

domingo, 12 de octubre de 2008

Hermanos


Mañana por la mañana (mas bien hoy por la mañana, dadas las horas) voy al zoo de Madrid acompañado de Jana para poder ver a mis congéneres los osos panda. Iré a saludarles y abrazarles, les daré una buena ración de bambú, porque se lo merecen. Son seres achuchables al máximo.
En fin, mañana os beso, queridos hermanos.

miércoles, 8 de octubre de 2008

Hoy hablaré de mí

Últimamente los días se pasan despacio. El trabajo estas dos últimas semanas se ha vuelto casi un suplicio. Primero porque desde el día 1 volvimos a la jornada de invierno y, no vamos a negarlo, es jodido currar por las tardes después de salir a las 3 durante cuatro meses. La carga de trabajo para mi es ahora mismo casi inexistente, a la espera de que se cierre el plazo del fondo de pesca que deberá ocupar mis días en Sepides proximamente.

Además de todo esto existen un par de cosas que ocupan mi cabeza para los meses futuros. Y ambas están en el aire, retrasando plazos que ya deberían haber salido a la luz hace semanas (perdón por hablar como un comunicado de las SS). Y todo eso me pone de los nervios; me altera irremediablemente cuando las cosas no dependen de mí y se mueven a ritmo de administración del Estado.
Y a todo ello le sumamos que cada vez los días menguan el pasu una gallina (jamás entendí esta frase de mi madre). Anochece antes, en definitiva.

En fin, no tengo muchas cosas más cosas que interesantes que contar. Comparezco ante vosotros por puro compromiso hacia quienes leen esto casi a diario. Desganado me encuentro. Lo suficiente como para tener que hablar de pi pispo.
Creo que mi vida es como el principio de Proud Mary. Lento. Muy lento. Un blues espirado. Casi llorado. Aunque tiene sorpresa al minuto 3 y todo se desborda.

lunes, 6 de octubre de 2008

Tina


Sorprendente pero cierto. Ni yo mismo me lo creo. Hoy me he llevado una de las grandes sorpresas de los últimos diez años: las más impresionantes piernas del RnR han decidido dar una gira mundial a sus 69 años. Me diréis lo que queráis de Springsteen o de Jagger, pero la abuela del rock ha vuelto para patearles el culo encima de un escenario a esas momias. 74 conciertos. Uno detrás de otro. 74. Siete cuatro. Quizá algún día Madonna dé esa cifra de conciertos. O el boss dentro de diez años.
Tengo un nítido recuerdo de cuando ella vino a tocar a Gijón. Aquel mismo día se jugaba la final del Mundial Italia'90 que ganó Alemania. Yo, a mis 9 años, estaba en casa viéndolo mientras mi hermano disfrutaba de uno de los conciertos de su vida. Eso es lo que hace de esta mujer una especia de espinita clavada. Y, dadas las circunstacias, no pienso perderme la última oportunidad de verla en directo.
Por lo visto no hay fechas previstas para España, lo que me obligará a irme allende nuestras fronteras. Las primeras fechas son en Alemania (tengo un par de amigos por la zona) pero hay 4 fechas en Dublín, ciudad que conozco, a la que quiero volver para beberciar auténtica Guinness y, para colmo, tengo montón de gente para recogerme. Vaya, un destino perfecto.

Tren para Tina. Tren para Dublín. ¿Alguien se sube?

jueves, 2 de octubre de 2008