No es la primera pero sí va a ser diferente. Tampoco será la última pero las siguientes ya no se parecerán. Este fin de semana vuelvo a la ciudad que, después de Madrid, más he visitado, primero porque allí vive un buen amigo, L.loni, y segundo porque allí viven mi hermano y mi cuñada. Viven en presente pero por poco tiempo porque el devenir de sus pasos ya no apunta a la capital catalana. Hace casi 6 años que se fueron a vivir allí y estoy convencido que seguirían muchos más porque BCN es una ciudad maravillosa, probablemente el mejor lugar de España para vivir aunque la idiosincrasia catalana puede dificultarte con creces este hecho: seguramente este es el único punto débil que ponerle. Ahora, cuando les queda menos de un mes para empaquetar 6 años de vida en catalán me acerco a echarles una mano a guardar recuerdos e historias, amigos y experiencias; viajes y placeres que meter en la maleta.
Me va a dar pena que se vayan de allí. No es que yo fuera mucho a verles pero me agradaba la idea de acercarme allí cuando fuera a pasar unos días con ellos. De comer calçots en invierno, pasear por el barrio gótico, acercarme a la tienda de L.loni de sorpresa... Son cosas que seguiré haciendo pero en circunstancias diferentes: eran mi excusa perfecta para saludar a Colón.
Será, en cierto modo, también para mí una despedida de la ciudad Condal.
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