viernes, 16 de octubre de 2009

Lisboa


Nos vamos de turismo. Parada en Lisboa.
Hacía 16 años que no iba a Portugal. La última vez lo hice volviendo de la Expo de Sevilla y atravesando el país vecino de norte a sur, pasando precisamente por Lisboa, aunque no llegamos a parar. Tan sólo recuerdo de la capital el famoso puente rojo y la pésima conducción de los nativos.
Fue la tercera visita casi consecutiva a Portugal, en aquellos tiempos en los que era tan típico ir a comprar manteles, cuberterías, cremas y horribles gallos de colores aprovechando los siempre devaluados escudos.
Tres veraneos en Portugal consiguieron que les cogiera verdadero asco. Profundo y verdadero asco a lo que siempre consideré una pandilla de gitanos aprovechados con Estado propio. Recuerdo con especial indignación que los helados de Frigo se llabamana Olé! Indignante, sin duda.

Así que después de todos estos años, volvemos a darle una oportunidad a nuestros vecinos, de los que nunca he ocultado mis afanes expansionistas merced a una brillante incursión militar y posterior anexión.

¿Motivos para la visita? Sencillos: pasteis de Belem. Como un gochu me voy poner.

2 comentarios:

Unknown dijo...

¿y que tal la visita vista desde la perspectiva de la madurez?

Nacho dijo...

Pues evidentemente la percepción no ha cambiado porque no he madurado nada! A las armas!!! La invasión merece la pena por restaurar el nombre de Frigo...