Parece ser que hace un par de días se firmó el acuerdo entre el PP y PSE que dará a Euskadi su primer lehendakari no nacionalista en los últimos 30 años. Parece que el año 2009 se ha empeñado en hacernos ver cosas que nunca pensamos: un presidente negro en América y un lehendakari socialista. A ver cuándo vemos un lehendakari negro, ya me gustaría. La cuestión, además de alegrarme enormemente me genera un sinfín de dudas. Ya parece difícil pensar que dos partidos tan antagónicos como los citados sean capaces de gobernar un territorio durante cuatro años sin tener momentos de tensión o quiebras puntuales. Y no sé si Euskadi será capaz de soportarlo, francamente. Es indudable que estos dos partidos comparten unas peculiarades diferentes a los de otras comunidades o ayuntamientos. Han sido repetidas víctimas del terrorismo, han sufrido ataques y bajas en sus sedes y entre sus militantes. Ese rencor implícito parece guiarles, sin duda. Y el hecho de desalojar al nacionalismo de las instituciones vascas y limpiar el legado del régimen del PNV se antoja razón clara para unir fuerzas tan dispares.
Sin embargo no soy capaz de creerme que ese modelo pueda funcionar. Primero, porque está condenado a ser un gobierno frentista desde el constitucionalismo. Tratará de arrinconar al nacionalismo como ellos hicieron en los últimos 30 años. Y si en algún momento el PSE, quien parece más proclive a evitar esa tendencia, trata de no hacerlo para gobernar Euskadi desde un mayor pluralismo, se las verá con la negativa del PP. Y la necesidad de sus votos será clave. Y pobre de intentar sacar alguna resolución sin sus votos, porque la ruptura definitiva del acuerdo estará garantizada. Y aunque las intenciones iniciales de colaboración entre ambos son comprensibles (¿a quién le amarga un dulce?), a nadie escapa que ambos partidos son ideológicamente polos casi opuestos. ¿Permitirá eso gobernar el País? Difícil lo creo. ¿Serán capaces de ponerse de acuerdo en temas como educación, política social, vivienda, fiscalidad o sanidad? Muchas de ellas marcan en casi todo el país las diferencias abismales entre ambos y raro me parecería que ambos cedieran en la búsqueda de una Euskadi gobernada desde el entendimiento. Lo que muy probablemente dibujará un gobierno tendente a la derecha forzado por los populares y levantará tensiones internas en los socialistas. Y sirva de ejemplo las terribles dificultades que tienen para gobernar en coalición en Asturias IU con Tini's boys que siendo del ramo no se entienden. Y, por cierto, que nadie olvide que el gobierno central en Madrid está sin apoyos en el parlamento gracias al citado pacto, algo por lo que pagaremos todos en fechas venideras.
Ojalá me equivoque. De verdad que lo deseo. Pero me parece que el futuro en la lehendakaritza de López estará tan plagado de inconvenientes que apenas disfrutará de ser el primero no nacionalista en sentarse a la sombra del guernika. Porque dudo le dé tiempo.
No me resisto. El frikismo corre por mis venas y tengo q compartirlo. Ayer zapeaba en la tele antes de acostarme sin encontrar nada en lo que fijarme. En estas llego al final de los canales y me encuentro con una tele local emitiendo un típico refrito veraniego de la tele valenciana de hace milenta años, doblado al castellano (originalmente los presentadores hablan en valencià). Ya de por sí esto me debería dar para un post: ¿tan jodida está la cosa de los contenidos televisivos que tienen q comprar un programa insulso de hace años de una tele autonómica?¿Y para qué te vale si es imposible que eso lo esté viendo alguien? Excepto yo... En fin, viendo la calidad del programa aseguro que si no se lo dieron gratis pagaron una limosna.
En estas viene la siguiente actuación estelar de estas dos tías macizas. Promete. Hoy me ha dado por buscarlo en el youtube y compartirlo. Por favor, atención a la letra. Juro que no tiene desperdicio.
Título: chachi que sí. Impresionante. Fragmentos: - "...aunque parezca una hormiga soy una bomba latina". Pura poesía. - "Qué es esa rara bebida que acompaña tu hamburguesa, yo prefiero manzanilla y jamón de pata negra". Seguramente podría ser la canción oficial de algún festival culinario como Madrid fusión. Lo propondré a Gallardón la próxima vez que le vea. Y eso obviando que se trata de una canción del verano. No me veo cantándolo a las 3 de la mañana seduciendo a una negra, francamente. "...aunque no le entiendo nada, me faltó la puesta a punto a mi inglés de andar por casa". Lo primero es reconocerlo. Pero siendo una bomba latina fijo que superamos la barrera idiomática gracias a ese enorme muestrario de silicona que lleváis.
Me preguntan acerca de la edad del compositor. Eludo la respuesta aunque Roni no le andaría muy allá.
Qué sería de mi vida sin estos momentos... y los de comer!
En el mundo hay dos clases de personas: las que desayunaban galletas Mayuca y las que no. Y punto. Todo lo demás que quieran vender como estudios sociológicos son mentira. Pura basura.
Yo desayunaba Mayuca (a esto ya habíais llegado vosotros solos, ¿me equivoco?) y las recuerdo como las mejores galletas que habré probado nunca. Eran de un sabor excelente, ni muy dulces (como las Chiquilín) ni demasiado blandengues (como las María). Absorbían el café o la leche magníficamente y costaba que llegaran a romperse al intentar comerlas -permítanme los pacientes lectores que abra este paréntesis (que no es tal ya que son dos rayes) para revivir ese clásico momento en la vida de cualquier español al que le ha caído alguna vez la puñetera galleta María en el jersey al intentar elevarla hacia la boca-. Aún recuerdo su sabor con claridad y eso que hace muchos años que no las degusto. En fin, que parece eran mis galletas favoritas de siempre.
Pero hete aquí que siempre hay un listo. Un listo de los cojones con un titulín de marketing, una carrera universitaria, un master o simplemente ganas de tocar las pelotas y joder. Un listillo con ideas que mejor hubiera estado con colitis ese día. Y me explico: casi puedo imaginar como el mencionado tipo entro una mañana en la fábrica de Reglero como si hubiera tenido una visión. "Vamos a cambiar lo que hemos estado haciendo toda la vida y que gusta tanto a la gente para hacer una burda imitación de nuestro mayor rival: las Chiquilín". Toma pol saco, carrasco! Y así, de esa manera, el visionario de la boina enroscada creyéndose que va a romeperles el ojete a los de Chiquilín con su nueva y agresiva estrategia superrevolucionaria, que se pensaban iban a estudiarla en la London School of Economics o el mismo Sachs se rendiría a sus pies, lo único que hizo fue joderme. Pura y duramente, joderme. Ahí me quedé yo sin mis galletas Mayuca del sabor de siempre. Desde entonces saben a Chiquilín. Y no hay quien las coma. Mira tú lo fácil que es arruinar la infancia de alguien.
Hace cosa de un par de años les mandé un mail para pedirles una rectificación. Era una carta emotiva, que se centraba en mis mejores momentos de niño con esas galletas. Un verdadero derroche de buenaventuranza para con ellos. Nada, no hubo ni respuesta. Antes iba a pedir crear una plataforma ciudadana que recogiera firmas, algo que movilizara a la sociedad. Yo qué sé: firmas, panfletos, mesas en la puerta del sol, en la calle aguado, en el barín, tiralos desde el alto L'infanzón, atame a los árboles del paseo prado-recoletos, manda-y una misiva a la reina... lo que sea porque me devuelvan mis galletas. Las quiero aquí, conmigo de nuevo. Y al mamonazo que me las robó le caigan cuarenta años a la sombra. O la perpetua. Por ser un monstruo para la sociedad. Pero acabo de darme cuenta de que no, que les den mucho por el saco. Eso sería algo propio de un niño Chiquilín. Los niños Mayuca no pedimos clemencia o piedad. Se la brindamos.
Regresé. Sano y salvo. Sin piernas fracturadas, sin rodillas rotas ni esas múltiples desgracias pronosticadas por todos vosotros. Yo también os quiero. No fue precisamente la mejor semana de nieve de la historia. Lamentablemente nos nevó todos los días, llovió durante casi todos los momentos en los que no nevaba y el viento acompañaba a ambos accidentes meteorológicos sin cesar. Total, que catamos una nieve de la de mi madre, pero no lo pasamos todo lo bien que nos hubiera gustado. Pudo estar mejor, aunque tratándose de la montaña, también pudo ser peor. Así que satisfechos anyway... De mis peripecias esquiadoras podremos comentar varias cosas: por una parte mi nivel no ha mejorado sustancialmente. De hecho me he dado cuenta de que nunca esquiaré bien. Iba muy convencido de que mejoraría en Andorra con grandes instalaciones, cientos de kilómetros de pistas y nieves soberbias. Pero no: la clase de esquí del segundo día iba fenomenal. Bajaba yo lanzado, crecido contra las adversidades meteorológicas, haciendo saltos, esquivando obstáculos, entre "bumpers"... sintiendo el esquí en su máximo esplendor. Y allí que nos propone el monitor un fuera pista. ¡Sí, por fin! Lo que quería escuchar. El cénit de mis aspiraciones para este año. Un auténtico fuera pista. Esquí sin contemplaciones. A cara descubierta: la montaña y tú. Así que yo, creyéndome el Alberto Tomba del barrio L'Arena sigo al monitor en su excursión por el bosque. Hasta que di con la naturaleza hecha árbol: un pino. Vaya, un pino como un pino de grande. Yo juraría que se movió aunque hay quien lo niega. Una estampa al más puro estilo de Chevy Chase en "Socorro, ya es Navidad". Al día siguiente decidí tomarme las cosas con más calma. Aproveché para intensificar mi técnica. Y allá que nos fuimos a bajar una pista negra, corta pero de gran pendiente. Allí estábamos practicando unos ejercicios cuando llegó mi turno. Bajé lentamente pero cuidando los gestos mientras me observaba el instructor (o eso pensaba yo). Allá que me pongo a parar en mitad de la pista y se me va un esquí. Me caí después de hacerlo de puta madre. Lo peor es que tan fuerte era la pendiente que no pude parar hasta que llegué al remonte, unos 50 metros más abajo. Lo hice de cara, comiendo nieve como un capullo. Joder, es alucinante la cantidad de cosas que te da tiempo a pensar mientras no puedes hacer nada por evitar seguir colina abajo y tragando nieve. Por no poder, ni cerré la boca. Una vez que llegué al remonte, completamente blanco, descubrí que nadie se había percatado de mi incidente. Aún se creían que estaba arriba. Menos explicaciones que dar... aunque no negaré que caí con mucho glamour. Ay, fía!
Qué guapo ye la nieve! Eh? Pues a veces, mirá-y...
La semana, más allá de las pistas, nos dio para varios chascarrillos, especialmente por cuenta de Diego, nuevo descubridor de lo duro que ye esquíar. Y, para Luis y para mí, lo duro que ye dormir al lado de alguien que ronca como un oso con sinusitis (Woody Allen dixit). Esa habitación doble, estirada a los efectos para 3 personas, no la olvidaremos fácilmente. Fue como una vuelta al viaje de estudios pero en peores condiciones. Tres leones sudorosos, tras una jornada esquiando, en 20 metros cuadrados. Puro cine de terror clase B.
Y luego finde en Barna. Ciudad que me acoge desde hace 6 años con cierta frecuencia y que cada vez me gusta más, no voy a negarlo. Cada vez se me pasan más mis reticencias hacia ella. Especialmente gracias a las calçotadas. Qué rico! Y gracias a la familia y amigos que visitamos cada vez.
Pero lo mejor de haberme relajado la semana pasada es mi trascendental cambio de humor. Mis malos modos y peores contestaciones han dejado paso al buen rollo gratuito. A una cara de imbécil que no se me quita. Estoy de buen humor. Como el resto de los pájaros: mojados, enfilados en la cuerda de tender.
Aquí os regalo la canción del buen rollo. Siempre me pone de buen humor. O mejor dicho, siempre la pongo si estoy de buenas.
Hoy escribo por la mañana y a toda prisa porque, siguiendo el ritmo de la semana, siento que llego tarde. Por fin han pasado ya estos días donde mi nivel de gilipollerismo ha alcanzado tintes épicos. Pido disculpas a los agraviados. Una mala semana la tiene cualquiera...
El viernes en la empresa nos llamaron a una inesperada reunión de toda la plantilla. Nunca hay buenas noticias en esos casos. El Presidente nos comunicó que se va y que llegará una nueva persona al cargo. En realidad se intercambiarán los puestos con el Hipódromo de la Zarzuela. Este cambio no sabremos qué consecuencias tendrá pero al menos alterará el ambiente de trabajo.
En fin, cosas de estas aparte, escribo para deciros que tardaré en dar señales de vida porque en breves momentos me piro una semana a esquiar a Andorra :-D Que lo paséis bien.
P.D: la foto, que parece una jodida postal navideña está sacada del año pasado en Chamrrousse, en una feliz jornada de esquí alpino con Alex, al que agradezco aquellos días en su casa. Intentaremos superarlo...