martes, 15 de diciembre de 2009

Lo que el viento trae


Pues debe ser coincidencia pero el sábado pusieron en Telemadrid "Lo que el viento se llevó", la segunda película con más Oscar de la historia del cine. Y digo coincidencia porque hoy se cumplen 70 años de su estreno, allá por 1939 nada menos. Iba yo a escribir ayer unas notas acerca de la peli cuando me enteré de tal efeméride por lo que decidí postergar la entrada correspondiente.

Recuerdo a mi madre año tras año de mi vida viendo esta película, porque es de las que ponen todos los años, como Ben-Hur, Espartaco o Rey de reyes. Solían ser tardes en las que me iba a jugar a la habitación porque era imposible aguantar tal pestiño y cualquiera tentaba la suerte de cambiar de canal. Aún así apostaría que ella nunca la vio entera y del tirón. No es de extrañar: dura más de cuatro horas. Exige paciencia y tesón.

La cosa es que el sábado, entre coñas con los compañeros de piso y medio entretenido con el portátil, comencé a verla. Y se me vino el mundo encima: me resultaba interesante. Joder, aun sin cumplir los treinta y viendo "Lo que el viento se llevó". Madre mía. Y me estaba gustando.
Comencé entonces a mirar a mi alrededor, buscando quizá una vida paralela en la que me había sumergido: mis hijos correteando a mi alrededor, una esposa atareada, una suegra, quizás también un gato. Pero no había tal vida, claro, era sencillamente el paso natural e imparable de los años que había conseguido que ya no me gustara Chip y Chop pero sí aquella joya del cine.

Mi domingo derrumbado sólo se vio arreglado por el partido del Sporting, único contacto con la realidad más cotidiana.
Juro a Dios que nunca volveré a ver los clásicos que le gustan a madre. Claro que, seguramente me importará un bledo si son buenos.

1 comentario:

Rodrigo G. Fáez dijo...

Igual el raro soy yo, que me compré "Ben-Hur" y "Lo que el viento se llevó" con apenas 12 años... Claro que, ahora que me doy cuenta, en mi habitación presiden la pared ambos carteles de película... Si tu miras alrededor... ¿qué tendría que hacer yo?

(Segundos de silencio)

Mmm... Pa la discoteca de cabeza.